Hace unos años estuve en un precioso pueblo cátabro, Castro Urdiales. Lo que en su tiempo fue una pequeña y preciosa villa marinera hoy se ha convertido en un destino turístico saturado, sobre todo en verano, y en residencia de muchos bilbainos por su proximidad con el país vasco. La demanda de vivienda ha ido acompañada de una gran especulación. Me llamó la atención la gran cantidad de inmobiliarias que había en un pueblo tan pequeño, puede que con la crisis muchos de esos negocios ya hayan cerrado. Cuando yo estuve querían construir un puerto deportivo y mucha gente se oponía al deterioro de la había por una obra que consideraban innecesaria para el pueblo. No sé en que habrá quedado la cosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario