Siempre me ha encantado correr ( las malas lenguas dirán que más que correr troto como un pato con problemas de reumatismo) en compañía o incluso sola. Es una, de esas actividades, que en soledad se lleva muy bien. Puedes ir jugueteando con tus pensamientos o escuchando una música que te marque el ritmo o simplemente disfrutar contemplando los culos de los mozos y no tan mozos que te van adelantando y te susurran a su paso « venga, machota, que ya te he visto peor». El ir a trotar de forma regular a un parque donde suelen entrenar atletas, me ha permitido ver la disciplina y el esfuerzo de mucho deportistas aficionados que entrenan horas y horas y que corren por el simple placer de superarse a si mismos.
Hace unos años un amigo me mostró el blog de un chico navarro algo bestia.
Se llamaba Ricardo Abad, y lo suyo no eran las cortas distancias. Igual se le daba por hacer el camino de Santiago en seis días o por recorrer la península a pie, aprovechando las vacaciones. Dado que yo nunca he corrido más de diez kms seguidos, sentí una sincera admiración por el chaval y he seguido un poco su trayectoria desde entonces.
Hoy, Ricardo Abad, ha batido el record del mundo de maratones consecutivos, aunque no tiene el mérito de Forrest Gumg que estuvo corriendo continuamente a lo largo de 3 años, 2 meses, 14 días y 16 horas, tampoco está nada mal correr un maratón diario durante 366 días.
Aunque él no lee este blog, en realidad nadie lee este blog, me gustaría felicitarlo porque pienso que lo suyo tiene mucho mérito.
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